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Feb. 2020 - Dic. 2022 La pausa más larga de nuestro camino

Durante estos dos años, el mapa quedó guardado, las valijas en un rincón y los pasajes en espera.

El mundo entero se detuvo, y con él, los viajes. No hubo abrazos, Disney, ni rutas, ni cruceros.

Hubo incertidumbre, miedo, y también mucha reflexión.

Pero, a la vez, fue un tiempo para reconectar con lo esencial: con la familia, con uno mismo, con los sueños postergados y con la certeza de que viajar es mucho más que subirse a un avión.

Es una actitud frente a la vida.

Mientras el cielo se cerraba, aprendimos a mirar hacia adentro.

Y cuando el mundo volvió a abrirse, sabíamos que no íbamos a volver igual: íbamos a volver con más ganas, con más amor por lo que hacemos, y con más compromiso que nunca.

Porque viajar nos hace libres, pero esperar también nos enseña.

2020 - El gran desafío